Espero no haber sido el único que de pequeño, frustrado ante la imposibilidad de resolver el cubo de Rubik, acabase abandonando el inútil juguete en la esquina más recóndita de la casa para que dejase de provocarme, retador, recordándome lo inútil que era. A saber dónde habrá ido a parar. Pero hoy, su recuerdo recobra vida y me lamento de haberlo perdido porque soy consciente de que no se trata más que de encontrar un algoritmo que me permita resolverlo una y otra vez sin titubear. Es un problema algorítmico muy interesante tanto por el gran número de combinaciones posibles (aproximadamente 43 quintillones) como que tanta complejidad puede quedar reducida a 26 pasos de resolución o menos. Para demostraros que es algo más que un juego de niños, simplemente recordad que existe un campeonato de España y un campeonato del mundo. Parece ser que el record del mundo está en 9,86 segundos. Creo que yo no sería capaz de resolverlo tan rápido ni cambiando las pegatinas pero me conformo con un nivel amateur.
Quizás os apetezca resarciros conmigo de frustraciones pasadas y disfrutar de estos vídeos donde se explica un método relativamente sencillo de resolución. Y para no tener que complicarnos la vida yendo a comprar un nuevo cubo o buscando el de nuestra niñez también dejo un enlace a un programa desde el que podréis manipular manualmente y resolver automáticamente un cubo virtual. A lo mejor no queréis instalar nada y preferís intentarlo en línea. Pero antes de que os volváis locos dándole vueltas al cubo, observad cómo lo ha empleado Citroën como gancho para una campaña de publicidad.
Quizás os apetezca resarciros conmigo de frustraciones pasadas y disfrutar de estos vídeos donde se explica un método relativamente sencillo de resolución. Y para no tener que complicarnos la vida yendo a comprar un nuevo cubo o buscando el de nuestra niñez también dejo un enlace a un programa desde el que podréis manipular manualmente y resolver automáticamente un cubo virtual. A lo mejor no queréis instalar nada y preferís intentarlo en línea. Pero antes de que os volváis locos dándole vueltas al cubo, observad cómo lo ha empleado Citroën como gancho para una campaña de publicidad.
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